1. EL CICLO
CELULAR.
El conjunto de
sucesos por los que una célula se divide y da lugar dos células hijas se conoce
como ciclo celular. Las células crecen aumentando por un lado, su contenido
molecular y de orgánulos y por otro, duplican y segregan su dotación cromosómica.
Este crecimiento se produce de manera muy controlada y ordenada.
1.1
Fases del ciclo celular
Cada una de las
fases del ciclo aparece de forma ordenada y correlativa, a la fase G1 le
sigue fase de síntesis S, seguida de la fase G2 y mitosis M.
Es decir el ciclo celular consta de cuatro fases.
FASE G1
La fase G1 es el
intervalo previo a la fase S y es la que sigue a la Mitosis.
Durante este
tiempo la célula dobla su tamaño y su masa debido a la síntesis continua de
todos los componentes como resultado de la transcripción y traducción de genes que
codifican proteínas del fenotipo de cada tipo de célula. Para que estos sucesos
ocurran y cursen con normalidad es necesario que se produzcan los estímulos
adecuados, es decir se debe de producir la estimulación por mitógenos
extracelulares y factores de crecimiento, lo que implican la continuación del
ciclo o lo contrario la detención de este proceso en lo que se denomina fase
G0. Existen células que son capaces de detener su división por un tiempo
indefinido. Dentro de la fase G1 existe un punto de control que se denomina Punto
de Control de Restricción R, en el que se comprueba que los procesos
anteriores se realizaron correctamente y en las condiciones adecuadas. Si se
detecta daño en el ADN o la síntesis se ha realizado de manera errónea, se
retrasa la entrada en la fase mitótica para permitir la reparación de
ADN o detener el
ciclo de forma indefinida.
FASE S
Es la fase de
síntesis de ADN. Durante esta fase se produce la replicación del ADN y cada
cromosoma presenta dos cromátidas. Expresándose histonas y enzimas relacionadas
con estos procesos, como el PCNA (Antígeno nuclear de proliferación celular),
una subunidad de la ADN polimerasa δ, la timidilato sintasa y la ribonucleótido
reductasa. Estas proteínas se desplazan del citoplasma al núcleo en esta fase.
FASE G2
Durante esta
fase la célula se prepara para entrar en la división celular, sigue creciendo y
sintetiza nuevas proteínas. Existe en esta fase otro punto de control, denominado
Control M, que determina si la célula debe entrar en fase M y dividirse.
FASE M
La división
celular es la fase más corta de todo el ciclo. El crecimiento celular y la
producción de proteínas se detienen en esta fase del ciclo y toda la energía de
la célula se dedica al proceso de división celular. Durante esta fase
aparece la figura del huso acromático, encargado de ordenar y repartir
equitativamente el mismo número de cromosomas a cada célula hija. Al igual que
en la fase G1 y G2, existe un punto de control denominado Control de la
Metafase. En la regulación de este punto de control están involucradas
distintas familias de proteínas.
Entre los
factores que regulan la entrada en la Fase M se encuentran:
- La necesidad
de que la Fase S se haya completado, para que las células hijas reciban la
misma dotación cromosómica (Replicación Cromosómica).
- El factor de
masa: acumulación de masa celular.
- El tiempo
entre las sucesivas fases M.
- La Tasa de
crecimiento.
1.2
Proteínas reguladoras del Ciclo Celular
La maquinaria
del ciclo celular está regulada por una compleja red de proteínas que se
expresan de forma ordenada en los distintos puntos de control y que promueven
el inicio de los eventos específicos de este proceso. Las proteínas básicas responsables
de activar los diferentes pasos del metabolismo celular son las Cinasas,
responsables de transferir grupos fosfatos a los aminoácidos de otras
proteínas.
En el ciclo
celular las cinasas reciben el nombre de Cinasas dependientes de Ciclinas
(CDK), porque su actividad depende de la acción de otras unidades proteicas
denominadas Ciclinas, tanto es así que sin ellas estas cinasas son
inactivas. Existen diferentes complejos de cinasas dependientes de
ciclinas que se forman en las distintas fases del ciclo y cada uno de
ellos fosforila diferentes proteínas. La concentración de CDK durante el
ciclo suele ser constante, mientras que la concentración de ciclinas
puede variar. Actualmente se han identificado nueve CDK y 16 ciclinas
(A, B1, B2, C, D1, D2, D3, E, F, G1, G2, H, I, K, T1 y T2.
Implicación de
las ciclinas en el ciclo celular
Como se ha
mencionado anteriormente, las ciclinas son las unidades reguladoras del ciclo
celular, aumentando o disminuyendo su concentración en respuesta a la fase del
ciclo en el que se encuentren. Existen diferentes genes que codifican para las
distintas ciclinas y CDK del ciclo celular.
1.
Ciclinas y CDK de la Fase G1:
Durante esta fase intervienen las ciclinas: D y E y las CDK:
CDK2, CDK 4, CDK 5 y CDK 6.
1.1 Ciclinas
de tipo D: Se han identificado distintas ciclinas de tipo D,
entre las más representativas implicadas en el ciclo celular están la D1, D2
y D3 que se asocian con CDK 4 y CDK 6. Los compuestos
ciclina-CDK entran en el núcleo, donde son activados por las cinasas
activadoras de CDK.
Las ciclinas D
permiten conectar la maquinaria del ciclo celular con las señales externas.
Las ciclinas E,
están básicamente asociadas a las CDK2, su síntesis se inicia al final de la
fase G1 y forma un pico al inicio de la fase S, regulando la transición G1/S y
siendo seguidamente degradada con rapidez.
Los complejos
CDK/ciclinas E y CDK/ciclina D que permiten fosforilar Prb inactivando así su
actividad supresora del crecimiento. La ciclina E se encuentra bajo control del
promotor de la ciclina D1, por tanto la relación jerárquica entre estas dos
ciclinas queda genéticamente demostrada.
2.
Ciclinas y CDK de la Fase G2/M: Durante esta fase se
expresan otros dos tipos de ciclinas, las ciclinas A y B.
La ciclina A
inicia su síntesis al final de la fase G1, en el inicio de la síntesis de ADN y
alcanza su concentración máxima al final de G2, siendo degradada al inicio de
la mitosis. Esta ciclina se asocia primero con CDK2 y después con CDC2 y actúa
fosforilando helicasas que junto con otras enzimas, como las topoisomerasas,
contribuyen a la apertura de la doble hélice de ADN.
Esta asociación
se mantiene hasta G2, donde se induce la aparición de ciclinas tipo B, las
cuales forman complejos con CDC2 (CDK1). Se han detectado dos tipos de ciclina B,
la B1 y B2 ambas inician su síntesis al inicio de la fase S. El complejo B-CDK1
se regula a través de la acción de dos enzimas: Wee1 cinasa y CDC25
Fosfatasa, mediante procesos de fosforilación y desfoforilación de treoninas.
Durante la fase G2, Wee 1 es más activa que la CDC25 y mantiene la ciclina B
inactiva. Esta ciclina también se regula por su localización celular, el complejo
formado en G2 se mantiene en el citoplasma hasta la mitosis y en esta fase se
localiza en el núcleo. Durante esta fase, la célula continua creciendo y produciendo
nuevas proteínas y al final el punto de control G2 determina si la célula
puede proceder a entrar en la fase M y dividirse.
Para entrar en
la fase M se requiere la proteolísis de Wee1 cinasa mediada por CDC34 que se
encuentra inhibida si la replicación de DNA está bloqueada.
CDC25 es
activada en la profase, activándose así CDC2/Ciclina B, preparándose así para
la entrada en mitosis.
Control
del Ciclo Celular a través de las ciclinas
Como ya se
mencionó anteriormente los complejos C-CDK son además controlados por los
productos de diversos genes. La regulación del ciclo celular mediante
inactivación de CDK ocurre durante el desarrollo, diferenciación, senescencia y
la muerte celular y desempeña un papel fundamental en la prevención de la
tumorogénesis.
El conjunto de
proteínas que regulan de forma negativa la actividad de la C-CDK durante el
ciclo celular se conocen con el nombre de CKI (Inhibidores de las
ciclinas) y su expresión es la respuesta a señales que se reciben extracelularmente.
El primer CKI
identificado en mamíferos fue p21. Esta proteína tiene una actividad
biológica doble, por un lado forma complejos con la C-CDK en G1 inhibiendo su
acción y por otro lado se une al PCNA (Antígeno nuclear de proliferación
celular), inhibiendo así la síntesis de ADN. Otra proteína importante en la
evolución del ciclo celular es la P27, que se expresa en células
quiescente, cuando la célula no recibe señales mitogénicas, la acumulación de p27
se necesita para abandonar el ciclo celular y entrar en estado quiescente.
Esta proteína está implicada en la mediación de algunas señales inhibitorias de
crecimiento, como TGF-β, en el crecimiento inhibido por contacto y forma, además,
complejos con D-CDK4 y 6.
Otras proteínas
implicadas son la p16, p18, p15 y p19. Estas proteínas sólo actúan con
las ciclinas CDK2 y CDK4 previniendo su unión a las ciclinas tipo D.
Se encuentran
expresadas específicamente en tejidos, lo que sugiere que no son redundantes.
Aunque la manera en que son reguladas no se conoce, a excepción de p15 que
se encuentra regulada por TGF- β.
1.3
Cáncer y ciclo celular
La regulación
anormal del ciclo celular, es característica del cáncer. Es esencial que la
maquinaria genética responsable de la correcta replicación y segregación
cromosómica permanezca intacta y exenta de cualquier alteración y agresión, si
esto no es así y aparecen mutaciones, delecciones o amplificaciones génicas, el
resultado podrá ser una proliferación celular anormal y descontrolada.
Así los procesos
oncogénicos actúan principalmente lesionando diversos reguladores que ejercen
su acción en la fase G1 del ciclo. El conocimiento de los eventos que acontecen
en el punto de restricción R, es de gran importancia para entender el proceso
que lleva a las células tumorales a seguir en el ciclo y no diferenciarse de
forma normal.
El punto de
restricción R
La
proteína Rb (pRB) desempeña un papel fundamental en
la regulación de la progresión de la fase G1 en el punto de restricción. No se
observa que esta proteína tenga regulación transcripcional por lo que este gen
se expresa constitutivamente en células en división o en reposo. Este hecho
apunta a una regulación de esta proteína postranscripcionalmente. Cuando la proteína
Rb no se encuentra fosforilada o está hipofosforilada puede bloquear el
punto R, uniéndose al factor de transcripción E2F e inhibiendo su
transcripción. Así, si CDK4 o CDK6 fosforila a pRB esta se disocia de E2F y se
produce la transcripción de los genes diana, manteniéndose hiperfosforilada a lo
largo del ciclo y no se desfosforila hasta que se complete la mitosis.
p53:
Este
gen al igual que la pRB está mutado en un 50% de los tumores humanos. Este
proceso parece producirse en eventos tardíos del desarrollo del cáncer. El gen
p53, es un gen supresor de tumores, la mayoría de las mutaciones que
se encuentran son mutaciones puntuales, es decir cambios de un aminoácido por
otro, estas mutaciones suponen un cambio de función o inactivan la función
supresora de la proteína.
La proteína p53
es básicamente un regulador de la expresión génica que actúa como factor de
transcripción capaz de activar y reprimir genes específicos, que tienen como finalidad
controlar la apoptosis. Entre estos genes se encuentran el gen p21, gen de la ciclina
G o el MDM-2. El gen p53, puede además, inhibir la expresión génica y controlar
la apoptosis independientemente de la transcripción, mediante interacción indirecta
con algunos componentes protéicos como el Factor Basal de la transcripción
(TFIID) o el factor de replicación de DNA RPA, inhibiendo de esta forma
la entrada en la fase S.
Por tanto, el
p53 controla el ciclo celular para reparar las posibles lesiones que se hayan
producido, sin embargo, si estas son excesivas e irreparables, p53 activa la
vía de la apoptosis.
2. ONCOGENES Y
GENES SUPRESORES.
Todas las
células del organismo están sometidas a un riguroso control que abarca tanto su
potencia de proliferación y diferenciación como la muerte celular por senescencia
o apoptosis. El equilibrio entre proliferación, diferenciación y apoptosis constituye
la base de la homeostasis de los órganos y tejidos. La regulación de todos estos
eventos, procede de señales extracelulares, a través de factores de diferenciación,
hormonas y factores relacionados con la muerte celular o apoptosis.
Los procesos de
proliferación y diferenciación celular son esenciales para la formación,
reparación y mantenimiento de la adecuada funcionalidad de todos los tejidos
como ya se ha mencionado. Estos procesos se controlan mediante estímulos tanto
negativos como positivos que actúan sobre la célula. En condiciones normales la
actividad de los genes que codifican tanto para los factores de crecimiento,
receptores y transmisores de señales mitogénicas están muy controlados. Así la
proliferación celular puede ser suprimida por las limitaciones impuestas por
factores mitogénicos o por la acción de factores antimitogénicos que actúan a
través de receptores de membrana. Un caso conocido es el del Factor de
crecimiento tumoral β (TGF β) que inhibe la proliferación celular a través
de receptores con actividad serina/treonina cinasa, que activan directamente
factores de transcripción específicos denominados Smad. Las señales de
estos receptores inducen la inhibición de las cinasas CDK en la fase G1,
impidiendo la progresión del ciclo celular.
Otro mecanismo
de regulación celular, es la muerte celular programada o lo que es lo mismo apoptosis
celular, término acuñado por Kerr en 1972. Este proceso se lleva a cabo en
células en condiciones fisiológicas tanto normales como patológicas.
Así en
condiciones fisiológicas el número de células que integran un organismo resulta
del equilibrio entre los procesos de proliferación y suicidio celular. Este
equilibrio es esencial para la supervivencia del organismo. El proceso de
apoptosis está controlado por una serie de proteínas denominadas Caspasas, además
de estar implicados en esta regulación, multitud de genes, principalmente de la
familia del bcl-2 y por proteínas inhibidoras de la apoptosis, las IPA.
Algunos de los genes que interrumpen el ciclo celular también se encargan de
conducir a las células hacia el proceso de apoptosis.
El proceso de
apoptosis, no sólo es importante, como ya hemos mencionado antes, en el desarrollo
y mantenimiento de los organismos pluricelulares o de la morfogénesis y sinaptogénesis
durante el desarrollo embrionario, sino que es un mecanismo de defensa para
eliminar las células que no se necesitan o que son potencialmente peligrosas,
como linfocitos autoreactivos, células infectadas por virus o células que
portan alteraciones genéticas, incluyendo a las células tumorales.
Una excepción a
todo este proceso de regulación celular, la constituye la célula tumoral.
Su principal característica es su capacidad para propagarse indefinidamente
en su ubicación normal o de crecer en localizaciones que no son su emplazamiento
natural, eventos que ocurren debido a la pérdida de control de su proliferación,
diferenciación o de la respuesta a las señales de apoptosis celular.
Todos estos
procesos de diferenciación, proliferación y apoptosis requieren la intervención
de sistemas de transmisión de señales, entre las que se encuentran factores
difusibles que interaccionan y activan receptores específicos de células efectoras,
lo que conlleva la puesta en marcha de un complejo sistema de transmisión de
señales intracelulares cuyo final será la activación de factores de
transcripción específicos. Así, los componentes implicados en cada uno de los
procesos de diferenciación, proliferación y apoptosis son diferentes, o, puede
ocurrir que las señales recibidas por la célula efectora sean interpretadas de
forma diferente.
En el caso de
enfermedades como el cáncer, los recientes avances en biología molecular han
permitido identificar centenares de genes implicados directamente con la
aparición de tumores. Aquí nos centraremos principalmente en dos tipos: oncogenes
y genes supresores de tumores.
2.1
Oncogenes
Los oncogenes
son el resultado de alteraciones genéticas en genes normales, denominados protooncogenes,
su función principal es la regulación de las rutas de señalización de la
proliferación celular. En su condición de oncogenes presentan una regulación
muy precisa, pero una vez aparece la mutación, se expresan de forma constitutiva,
desarrollándose lo que se denomina una ganancia de función que implica que
estas mutaciones sean siempre dominantes, es decir que la alteración de uno de
los alelos es suficientes para imponer el fenotipo del alelo mutado (tabla 1). Se
han identificado más de 50 oncogenes, divididos en distintos subgrupos o niveles
con diferente tipo de actividad, encontrándose asociados con distintos tipos de
cáncer. Por otra parte podemos agrupar las funciones de los genes inductores de
transformación celular en base al esquema de funcionamiento de los genes
normales.
Así tendríamos
que en el control de la proliferación celular estarían implicados: factores de
crecimiento, receptores para factores de crecimiento, proteínas citoplasmáticas
y factores de transcripción.
Factores
de crecimiento y hormonas: Los
factores de crecimiento actúan uniéndose a receptores en la membrana celular
que a su vez interaccionan con proteínas que transducen y amplifican un
estímulo en el interior de la célula. Uno de los primeros oncogenes descritos
fue el sis que corresponde al Factor de Crecimiento derivado de
plaquetas tipo B (PDGF-B), un potente agente mitogénico. Otros factores de
crecimiento bien estudiados son el factor de crecimiento de fibroblastos (FGF)
o el factor de crecimiento epitelial (EGF).
Receptores:
Entre
los oncogenes con funciones semejantes a los receptores de de factores de
crecimiento, se incluyen los receptores transmembranales con actividad tirosina
quinasa. Los receptores activados oncogénicamente mejor estudiados corresponden
a erb-B, receptor del factor de crecimiento epitelial (EGFr), o
el factor estimulador de formación de colonias de macrófagos (FMS). El
mecanismo de transformación está directamente relacionado con la capacidad de
fosforilar residuos de tirosina en sustratos intracelulares.
Proteínas
citoplasmáticas: La activación transitoria de los
receptores se interpreta por la célula efectora mediante la conexión de
diferentes sistemas. Así en primer lugar se produce la activación directa de
cascadas de cinasas intracelulares que llevan la señal hasta el núcleo.
Posteriormente se produce la activación de diversos enzimas que generaran
segundos mensajeros, como pueden ser inositoles fosfato, cAMP, cGMP,
Ca2+. Este complejo sistema, incluye diversas proteínas acopladoras como
GTPasas de la familia ras (Ras y Rho), proteínas heterotriméricas
y sus activadores, así como proteínas cinasas, lipasas y fosfatasas implicadas
en la regulación de fosfolípidos.
Entre las
cinasas citoplasmáticas se encuentran varias familias como MEKK, MEK, Raf-1 y
ERK/MAPK. En este proceso carcinogénico están implicadas cinasas reguladoras de
respuesta al estrés y apoptosis como (JNK/SAPKs, PAK, p38...etc) o las
fosfatasas cuya función consiste en activar determinadas rutas. Otras
proteínas, también implicadas son las proteínas G que comunican funcionalmente
los receptores de los mensajeros primarios con las enzimas responsables de la
generación de segundos mensajeros. Estas proteínas son responsables de unir e
hidrolizar el GTP, de forma que sus ciclos de activación-inactivación depende
de la conversión de GTP a GDP, regulando así la generación de segundos
mensajeros.
Entre los
oncogenes, la familia ras merece un apartado especial, debido a su importancia
como oncogenes en tumores humanos. Se han descrito tres genes humanos ras, H-ras,
K-ras, N-ras, de los tres el que mas se ha encontrado en humanos es el
K-ras. Estos genes codifican proteínas con capacidad para unir e hidrolizar las
GTP, siendo su forma activa el complejo p21-ras-GTP y su forma inactiva
p21-ras-GDP. La inactivación de la proteína se produce como consecuencia de mutaciones
puntuales que inducen una baja actividad GTPasa intrínseca o un aumento de su
capacidad de intercambio espontáneo.
Entre las diversas
familias de proteínas de la superfamilia Ras, destacamos por su relación con
cáncer los miembros de la familia Rho, no sólo por su capacidad transformante
sino porque están implicadas en el proceso de metástasis de las células transformadas,
además parecen estar relacionadas con la inducción de apoptosis.
Factores de
transcripción: Otro de los eventos implicados en la
transducción de señales mitogénicas desde el citoplasma hacia el núcleo es la
inducción de actividad transcripcional de las proteínas capaces de actuar como
factores de transcripción de determinados genes involucrados en la
proliferación celular. Entre estos genes están c-fos, cjun, c-myc. Las
vías de activación de estos genes pueden depender de factores de transcripción
que actúan como sustratos de enzimas con actividad cinasas, siendo este el caso
de NF-Kb, SRF (elemento de respuesta al suero) o SIF (Factor
inducido por medio condicionado de v-sis), estos últimos factores están
involucrados en la activación transcripcional de c-FOS. NK-Kb está involucrado
en la activación transcripcional de interleucinas, receptores de interleucinas,
genes de inmunoglobulinas y del protooncogen c-myc.
Otra vía de
activación de estos factores de transcripción es a través de la fosforilación
de residuos de tirosina. Es el caso de los factores de crecimiento de EGF y PDGF
que fosforilan la proteína p91 produciendo su translocación al
núcleo y activando la transcripción entre otros de c-fos.
2.2
Genes Supresores
Su función es la
regulación del ciclo celular, bloqueando la proliferación de las células. Este
proceso implica la pérdida de función durante el proceso de carcinogénesis. Las
mutaciones de estos genes son recesivas en cuanto a su capacidad de desarrollar
tumores, es pues necesaria la anulación de los dos alelos para que la célula se
convierta en cancerígena. Entre los genes supresores más conocidos están p53,
RB (Retinoblastoma) o genes dependientes de ciclina (p16) o APC.
El p53: Es
el gen codificante de la proteína p53... La mayoría de las mutaciones en el gen
p53 encontradas en tumores humanos producen en la proteína la pérdida de la capacidad
para unirse al ADN o su capacidad transcripcional. Es además un potente inhibidor
de ciertos promotores celulares, al asociarse con la proteína de unión a la región
TATA de los complejos transcripcionales mínimos o al factor de replicación RPA.
Así la proteína p53 produce una serie de señales relacionadas con la inducción de
proteínas inhibidoras de los complejos ciclina-cinasa, como son p21, ciclina G
y el inhibidor de la propia p53 el MDM2, participando directamente en la
regulación del ciclo celular. De otra parte, este gen participa en los procesos
de reparación del daño en el ADN a través de GADD45, así mismo el producto del
gen p53 es requerido para que las células inicien la apoptosis en respuesta a
un daño genético. Así pues las células p53 deficientes en la expresión de la
proteína p53son susceptibles de acumular mutaciones en su ADN.
APC: Dentro
del grupo de genes supresores, el gen APC está considerado como un gen portero
(gatekeeper) en contraposición a los genes responsables de cuidar la
integridad del genoma (caretaker). Las mutaciones inactivadoras en este
gen dejan la puerta abierta a posteriores alteraciones en genes complementarios
del proceso carcinogénico, como p53 o ras, favoreciendo así la formación del
carcinoma. La pérdida de APC o la aparición de mutaciones inactivadoras de su
función provocan la pérdida de su capacidad para inhibir la β-catenina,
permitiendo que ésta active al factor de transcripción Tcf-4, lo que
permite la transformación celular. Este mismo fenómeno ocurre si las mutaciones
ocurren sobre la propia β-catenina, ya que una vez mutada pierde la capacidad
de ser regulada negativamente por APC.
3. ANGIOGÉNESIS
El proceso de angiogénesis
consiste en desarrollo de nuevos vasos sanguíneos a partir de otros ya
existentes. En determinadas situaciones fisiológicas, como la ovulación, el desarrollo
embrionario o la cicatrización de heridas, es un proceso regulado de forma muy
estricta, estimulándose en breves y concretos periodos de tiempo.
El crecimiento
tumoral se inicia con la pérdida en el control de la proliferación celular. Las
células comienzan a dividirse dando origen a un carcinoma in situ. A medida que
aumenta la masa tumoral, las células se encuentra más alejadas de los capilares,
lo que conlleva una pérdida del crecimiento por falta de oxigeno y nutrientes.
Estos pequeños tumores permanecen latentes e incluso indetectables durante
años, rara vez producen metástasis. La adquisición del fenotipo angiogénico,
depende del equilibrio que pueda haber entre factores angiogénicos positivos y negativos
(angiogenic switch). Tanto en condiciones normales como patológicas, la hipoxia
es el principal motivo de iniciación de angiogénesis.
La
neovascularización permite, además, la entrada de células a
la circulación permitiendo así la colonización de otros órganos, paso que se
conoce como metástasis y que completa el proceso metastásico.
BIBLIOGRAFIA
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cancer cytogenetics. J Cel l Biochem 1999;(Suppl 32-33):173.
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